martes, 5 de septiembre de 2017

IDENTIDAD CULTURAL EN VENEZUELA



La unidad en torno a un territorio liberado dos siglos atrás, las raíces históricas comunes que entrelazan el pasado con el presente y los destinos de hombres y mujeres que luchan por la construcción de espacios comunes y relaciones sociales distintas a las antiguas formas, una lengua común (el castellano y sus modismos), las costumbres semejantes, la unidad religiosa (la religión católica como la predominante), el mestizaje, etc. es lo que define la identidad del venezolano. Sin embargo, la construcción consciente de la misma devino de un largo y complejo proceso político y luchas sociales que finalmente permitieron   la creación de una nueva identidad nacional diferenciada, pero dividida en clases sociales irreconciliables. En otras palabras, las ulteriores luchas políticas que finalizaron con la concreción del Estado central venezolano a principios del siglo XX posibilitaron, también, la forja del sentido de pertenencia venezolano, la unidad cultural real que desde la independencia, hasta finales del siglo XIX, no existía.
Antes de la gesta independentista, la disolución de Colombia y las posteriores batallas por el poder en Venezuela; los colonos europeos, los españoles, habían arrebatado a los pueblos aborígenes originarios (Amerindios) las extensas y ricas tierras de América, imponiendo así, por medio de la fuerza e influencia, la cultura del dominador. De esta forma, el discurso de poder de la colonialidad se orientó hacia la eliminación de los elementos culturales propios nativos, sobre todo materiales, tales como edificaciones, monumento arquitectónicos, etcétera, que actuaban como referentes simbólicos de los pueblos originarios. Incluso, las demoliciones del legado histórico venezolano no se limitaron a infraestructura de los pueblos aborígenes, los más agraviados, sino también a las posteriores infraestructuras erigidas durante la colonia y la independencia.
cuya cultura, valores, identidad e historia han sido borrados y/o tergiversados, deformados, es también instrumento ciego de su propia destrucción, y muy débil para resistir a la hegemonía cultural y envolvente de las clases dominantes.
Se entiende como la identidad de los pueblos originarios y podemos decir Otros ejemplos de resistencia cultural se encuentran en el joropo venezolano, la música llanera.






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